feed the soul, starve the ego

Dejar ir no es olvidar, no pensar en esa persona, o ignorar a esa persona. No deja sentimientos de enojo, celos, o arrepentimiento. Dejar ir no es ganar, pero tampoco es perder. No es acerca del orgullo, y tampoco es de cómo te verás. No es acerca de obsesionarse o pelear con el pasado. Dejar ir no es bloquear recuerdos o pensar cosas tristes, no deja un vacío, dolor o tristeza. No es rendirse o ceder. Dejar ir no es acerca de pérdida, y no es derrota. Dejar ir algo es apreciar los recuerdos, de superarlo y seguir adelante. Es tener una mente abierta y confianza en el futuro. Dejar ir es aceptar, aprender, es experimentar. Dejar ir es estar agradecido por las experiencias que alguna vez te hicieron llorar, reir, amar y crecer. Es acerca de todo lo que tenías, y todo lo que todavía tienes. Dejar ir es tener el coraje de aceptar el cambio y la fuerza para seguir adelante. Es crecer, dandose cuenta que un corazón a veces puede cambiar y que tambien puede ser el remedio más potente. Dejar ir es abrir una puerta, despejar el camino, y liberarte.